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¡Bienvenidos al Delta!

El río Paraná es uno de los más caudalosos del mundo. En su recorrido arrastra un gran volumen de sedimentos que se depositan antes de su desembocadura en el Río de la Plata, formando bancos que crecen continuamente y dan origen a islas. Así, a lo largo de milenios, se originó el Delta del Paraná, que abarca unos 14.000 km2. Es el quinto en extensión de todo el planeta y el tercero en importancia en Sudamérica, el más poblado y el más afectado por las actividades humanas.

La Primera Sección de Islas del Delta pertenece al partido de Tigre. Ocupa una superficie de 221 km2 y limita al norte con el río Paraná de las Palmas, al sur con el río Luján, al oeste con el canal Gobernador Arias y al este con el Río de la Plata.

El Delta de Tigre cuenta con más de 350 ríos y arroyos. Este complejo sistema hídrico, surgido de la formación y el crecimiento de las islas que van dividiendo el curso de las aguas, contribuye a dar su forma al paisaje, constituye vías de comunicación, modela la vida y las costumbres de sus habitantes y juega un papel insoslayable en la historia y la cultura lugareña.

El corredor biológico del Delta del Paraná permite que muchas especies vegetales y animales de ambientes subtropicales se distribuyan en latitudes más australes. La gran heterogeneidad del paisaje convierte a estos humedales en ambientes con elevada biodiversidad.

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El proceso de formación de sus islas combina la acción de las aguas del Paraná y sus brazos y la vegetación que contribuye a fijar los sedimentos que acarrean. Los juncos ribereños, al retener limos, arcillas y arenas de esos sedimentos, permiten que broten también semillas de alisos de río traídas por las aguas. Entre esos juncos pioneros, prosperan, además del aliso, semillas de gramíneas rastreras, caraguatás, ceibos y sauces, que también retendrán el limo a medida que crezca.

Esta comunidad pionera, a lo largo del tiempo, modifica el ambiente de tal forma que nuevas especies lo puedan habitar. De a poco, insectos, batracios y aves aparecerán en la pequeña isla naciente y provocarán nuevos y graduales cambios que atraerán a más especies. De este modo, proveen hábitats para muchas variedades vegetales y de invertebrados, peces, tortugas, aves y algunos mamíferos.

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Naturaleza en Tigre

La configuración de las islas del Delta modela la forma de vida tanto de sus vecinos, residentes permanentes, como de quienes pasan en ellas sus fines de semana y temporadas de descanso.

El medio fluvial es, además del paisaje circundante, la vía de comunicación principal, ya sea a través del transporte en lanchas colectivas o mediante embarcaciones particulares. Los embarcaderos y amarraderos son por lo tanto una presencia necesaria.

Las construcciones se realizan en forma de palafito, es decir, elevadas mediante pilotes por sobre el nivel de las crecidas regulares del río. Dado que el suelo, muy húmedo y de reciente formación, constituye un basamento inestable, los pilotes se asientan sobre unas zapatas o vigas en forma de cruz para evitar que estos se hundan o se desplacen de la vertical. Luego, los pilotes sostienen un armazón de vigas en forma de parrilla, que a su vez soporta el resto de la vivienda, a la cual se accede frecuentemente por escaleras o rampas.

Las producciones artesanales —entre ellas, la tradicional cestería que ha venido recobrando nuevo impulso—, las actividades relacionadas con el turismo y el mantenimiento de casas de recreo, la apicultura y la forestación en pequeña escala, son algunas de las principales fuentes de ocupación para los vecinos del Delta. Muchos de ellos, asimismo, se desplazan diariamente para trabajar en el sector continental del distrito.

En el pasado, la mayor fuente de empleos de la población del Delta fue la explotación forestal y la industria de la madera. Los árboles del “monte blanco”, como el ceibo, el aliso, el sarandí y el timbó, se empleaban para producir pasta de celulosa y cajones de madera. Hoy, esos bosques fueron mayormente reemplazados por especies exóticas.

El junco silvestre nativo, junto con especies exóticas como el mimbre y el formio, fue aprovechado en la cestería, una actividad económica de importancia desde el siglo XIX. También tuvo importancia la fabricación de muebles utilitarios de bajo costo, que fueron muy empleados en las viviendas argentinas hasta la mitad del siglo XX. En 1938 abrió sus puertas el Mercado de Frutos del Puerto de Tigre, donde se comercializaban los productos del Delta.

Hacia la década de 1940, la producción frutícola fue predominante, y generó la instalación de plantas de elaboración de alimentos, dulces, golosinas, mermeladas y sidra. La actividad luego disminuyó al no ser fuertemente competitiva en comparación con otras regiones.

En la primera sección del Delta se destacan actualmente pequeños productores forestales que trabajan principalmente las maderas de sauce y álamo. Otros pobladores son mimbreros o apicultores, y algunos pocos producen cítricos y nuez pecán.

El turismo es actualmente la actividad económica principal. Se basa en la belleza natural del lugar y en su cercanía al ejido metropolitano. Hay una variada oferta de opciones recreativas, hospedaje y gastronomía. En sus ríos y arroyos se practican deportes náuticos.

Delta Terra es un área natural ubicada sobre el arroyo Rama Negra Chico, en el Delta de Tigre. Ocupa una superficie de 20 hectáreas que, además de sus fines de conservación, se destaca por su potencial para la educación ambiental. Desde 2012, está incorporada al Programa de Reservas Privadas de la Fundación Azara, bajo la figura de Paisaje Protegido.

A través de sus senderos puede recorrerse la diversidad de ambientes presentes en el Delta. El bosque en galería corresponde actualmente a un bosque secundario cuyo dosel está dominado por especies exóticas pero que presenta un sotobosque con predominancia de especies arbustivas y herbáceas nativas. Completan el conjunto del paisaje pajonales con ceibos dispersos; cañaverales relativamente pequeños compuestos por dos especies exóticas, la tacuara y una variedad de bambú gigante; pequeños cursos de agua y una laguna en el sector más bajo de la isla. Esta diversidad vegetal permite el establecimiento de gran variedad de aves, de las que hasta la fecha se han observado unas 120 especies.

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